viernes, 14 de septiembre de 2007

LA SALIDA PROCESIONAL DE LA VIRGEN DE REGLA EL 8 DE SEPTIEMBRE DE 1936. -


Chipioneros y visitantes protegieron a la imagen de unos esperados disturbios que no llegaron.-
Por Juan Mellado.
En el libro “Memorias de un pueblo”, del prestigioso escritor e historiador chipionero Manuel Florido Benítez, se alude a la salida procesional el 8 de septiembre de 1936 de la imagen de la Patrona de Chipiona, Nuestra Señora de Regla, la cual hubo de hacerse con escolta armada ante una posible agresión. Fundamenta que en esa fecha la Virgen no iba a salir en procesión por primera vez en la historia tras unos rumores que hubo en el pueblo días antes “de quemar a la imagen si salía a la calle”.
Cuenta el historiador que dos hombres buenos y de reconocido prestigio fueron al santuario “para pedir permiso para sacar la Virgen en su procesión todos los años, además haciéndose responsables ellos mismos que la defenderían de lo que fuera con sus vidas. Después de obtener el permiso del rector se organizó una gran escolta de voluntarios que la rodearon con armas de fuego al mando de estos dos señores”. Concluye el historiador que el día de la fecha la procesión salió no sólo rodeada de la escolta sino de todo el pueblo de Chipiona que estaba dispuesto a jugársela toda si alguien hubiera atentado contra ella, circunstancia que afortunadamente no ocurrió.
La verdad es que técnicamente era casi imposible que nadie viniera a atentar contra la imagen de la Virgen de Regla porque los supuestos agresores ya en esa fecha habían sido asesinados o estaban llenando las cárceles. Sí podía haber una posibilidad de ataque por mar o aire por parte del ejército republicano en cuyo caso no hubiera valido o servido para nada la constitución de la referida escolta armada. En cualquier caso la posibilidad que se plantea de agresión terrestre por parte de incontrolados era muy remota porque los datos y hechos son demoledores.

Andalucía occidental era una “carriolera” de asesinados desde el 18 de julio de 1936.
En el caso de Chipiona cabe reseñar que el 8 de septiembre del 36 ya habían sido asesinados buena parte de la treintena que cayó hasta el 8 de diciembre y que los elementos de izquierda o desafectos al nuevo régimen estaban encarcelados. Por otro lado también cabe recordar que la Comisión Gestora del Ayuntamiento republicano siempre destacó por la defensa de nuestra Patrona, la Virgen de Regla, no permitiendo ningún tipo de agresión externa como se demuestra por testimonios y actas municipales. Nadie de Chipiona creo que se atreviera a atentar contra la imagen en unas circunstancias tan adversas.
Pero la posibilidad de atentado por personas venidas de otras poblaciones era muy descabellada como rebaten estos datos ofrecidos a continuación.

Peregrinación multitudinaria desde Sanlúcar de Barrameda.-

En el libro de Eduardo Domínguez Lobato, “Cien capítulos de retaguardia” se narra así el día 8 de septiembre de 1936.
“Peregrinación a Chipiona. Van en tren especial las milicias, falange y público de romería. No hay individuo que no lleve prendida en la solapa una insignia con la bandera. Van en trenes, taxis, autobuses y coches privados”.
No se desprende que de la vecina ciudad de Sanlúcar viniese nadie a quemar la imagen, en cualquier caso estaría mucho más protegida si cabe con tanta gente de orden. De otro lado a esa fecha en Sanlúcar ya habían sido fusiladas 31 personas, dejando sus cuerpos en las cunetas de las carreteras de Rota y Trebujena principalmente, y otras muchas permanecían detenidas en el famoso castillo.
Quizás hubo la posibilidad de peligro por vía marítima ya que un día antes, el 7 de septiembre, ocurrió un incidente en la barra de Sanlúcar de Barrameda con el crucero Gravina, en el que se vio implicado un mercante y un avión ocasional, más preocupado por otras operaciones de envergadura que disparar contra una procesión. En la vecina ciudad de Rota, según se recoge en el libro “Vida e historia de un pueblo andaluz”, de Rafael Quirós Rodríguez, llegaron a asesinar a unas 14 personas constatadas, uno de ellos agricultor el 8 de septiembre, aunque alude a que la lista de desaparecidos por la represión es más amplia pero no se poseen datos. Entre estos ocho obreros de la construcción que procedían de Arcos. En otra población como Trebujena, desde el 18 de julio a diciembre de 1936,las personas fusiladas o tiradas al río fueron 98.

En una ciudad tan señera como Sevilla, capital de Andalucía, y con grandes vinculaciones chipioneras, según se refleja en el libro del profesor Juan Ortiz Villalba, “Sevilla 1936”,fueron 298 las personas fusiladas entre el 18 de julio y el 8 de septiembre por orden del juez militar en virtud de sentencia y sin citar los que fueron desaparecidos. Estas personas fueron fusiladas en las tapias del cementerio y murallas de la Macarena principalmente siendo de todas las profesiones.

Según datos aportados por la historiadora Macarena Tallafigo, recogidos a su vez de F. Romero tras su intervención en unas Jornadas de Memoria Histórica, después del 8 de septiembre los pueblos que quedaban sin ocupar en toda la provincia de Cádiz eran 6 de un total de 42, a saber Grazalema, El Gastor, Villaluenga del Rosario, Alcalá del Valle, Setenil de las Bodegas y Jimena de la Frontera, todas ella a muchísimos kilómetros de distancia de Chipiona por lo que el peligro no podía venir de ninguna de esas poblaciones. Se da además la circunstancia que el último pueblo de la provincia de Cádiz que cae en manos de los rebeldes, Jimena de La Frontera, lo hace el 28 de septiembre. Esta sólo una pequeña muestra de la represión en algunas poblaciones cercanas y representativas.

LOS DATOS APORTADOS POR LAS CHARLAS DEL GENERAL QUEIPO DE LLANO.-
Para testimoniar la tesis que estamos exponiendo nada ni nadie tan fiable y que no pude ser acusado de sospechoso. Son las charlas que el general Gonzalo Queipo de Llano, transmitía desde Radio Sevilla, recogidas escritas en periódicos de la época y por escritores como Manuel Barrios o Ian Gibson que las transcriben literalmente. De ellas se desprende que la situación no era para que nadie fuese a un pueblo como Chipiona a atentar contra una procesión.
Así en la charla emitida el 29 de julio, Queipo da noticias de Rota. “Me piden de Rota haga saber por la radio que todos los veraneantes se encuentran bien de salud, y de que allí no se ha registrado ninguna novedad desagradable”. No obstante en la charla del 7 de agosto alude a un bombardeo de la ciudad de Cádiz en la que una granada de un barco cae en el barrio de La Viña. Del que paradójicamente afirma que sólo hizo víctimas entre los comunistas que allí habitaban.
El domingo 9 de agosto Queipo relata su visita triunfal a varias plazas de Andalucía occidental. Así las realizadas a Cádiz, Jerez, El Puerto de Santa María con estas ciudades vibrando de entusiasmo.
En otra charla fechada el 26 de agosto alude a un bombardeo de Cádiz por aviones rojos con el resultado de seis muertos y 22 heridos. En esa misma charla Queipo asegura que “ahora están plenamente sometidas al ejército las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Granada y Málaga, a excepción de la capital, toda Extremadura, todo el norte y noroeste de España y todas las fronteras, excepto la de Gerona y el sector de Irún, que está completamente bloqueado”.
De momento no hemos podido averiguar que dijo Quepo de Llano en su charla del 8 de septiembre ya que no figura entre la bibliografía consultada pero imaginamos que sería un mensaje de corte triunfalista.

De todos estos datos aportados, se desprende la tesis que era muy difícil un ataque a la procesión de la Virgen de Regla del 8 de septiembre de 1936. Por tierra era imposible dada las circunstancias obvias y evidentes. Por mar y aire podría haber habido una posibilidad aleatoria pero en la que Chipiona y su procesión no sería el objetivo principal. Es decir, es impensable una operación organizada por mar o aire, programada y con objetivo, para bombardear una procesión que no es objetivo militar. Tan sólo cabría la posibilidad de algunos enfrentamientos entre barcos y aviones en el mar y que secundariamente por lotería o azar pudiera haberse visto Chipiona afectada.
No obstante según cuenta el historiador Florido el rumor era que vendría gente a quemar la imagen, cosa que evidentemente no ocurrió.
Valorando las buenas intenciones de esos hombres leales y sin ánimo de devaluar su mérito, cabe pensar que la salida procesional de la Virgen de Regla escoltada por personal armado constituyó sólo una demostración de fuerza innecesaria y sin ninguna relevancia heroica. Evidentemente el 8 de septiembre de 1936, el que no estaba ya asesinado o preso en la cárcel, estaría en el frente o huido a cientos de kilómetros y a buen seguro entre sus objetivos no estaba quemar una imagen sino sencillamente salvar el pellejo. Por otro lado, tampoco está en nuestro ánimo ningún espíritu revanchista sino simplemente dejar las cosas en su sitio con la intención de al menos aproximarnos a los hechos que ocurrieron.

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