lunes, 29 de octubre de 2007

ENTREVISTA A FEDERICO MAYOR ZARAGOZA.-




La Memoria Histórica no hace daño a nadie”

“ Hay que refundar las Naciones Unidas para que representen a los pueblos y no a los gobiernos"

“La música es un vehículo de paz y comunicación entre los pueblos"

Juan Mellado.
Como presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, vino el pasado sábado a Chipiona para disertar sobre "Juventud, Música y Alianza de Civilizaciones" y de paso para apoyar el proyecto de construcción del Centro Mundial de la Música. Ello no le impidió contestar a nuestras preguntas sobre ésta y otras cuestiones de la actualidad.
Pregunta: ¿Qué impresión se lleva de su visita a Chipiona?
Respuesta: Muy buena porque soy partidario de diseñar de forma permanente un futuro distinto y me gusta mucho el proyecto que existe en Chipiona de hacer una gran centro mundial de la música. Mire, la música es un lenguaje universal, todo el mundo la entiende y la siente. Yo hace muchos años que precisamente dentro del programa Cultura de la Paz uso la música como uno de los importantes catalizadores, moralizadores, en favor de la paz, de los sentimientos de tolerancia y comprensión de los demás. Pues todo eso es lo que he encontrado hoy en Chipiona que no sólo mira a su presente, que es muy positivo, pero sabe mirar hacia el futuro para atraer un turismo joven y cultural durante la estación no veraniega a Chipiona y de otras edades que fijen aquí su residencia no sólo por el sol y la playa. Yo tengo que apoyar en la medida de lo posible. Ya lo hice en su momento pues envié al que fue Secretario General de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, para que él personalmente me informara sobre este proyecto. Después Jordi Roch de Juventudes Musicales y por eso me gusta haber tenido la oportunidad de ver personalmente este gran proyecto que ojala se convierta en realidad. Creo que es factible porque es un proyecto que interesa a Europa que debe progresivamente ser un puente con América Latina, norte de África y también con el África Subshariana.

P: ¿Y es ése uno de los caminos necesarios para llegar a la paz?
R: Ah sí, mucha gente piensa que la paz y la guerra están siempre relacionadas con grandes conflictos y no es así, está con nuestra vida cotidiana, con la paz con nosotros mismos, la paz en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo y en la calle. Por tanto eso se consigue precisamente con el arte, la música y la cultura en general.
P: Usted que ha sido protagonista de gran parte de la Transición, ¿está suficientemente valorada la figura de Adolfo Suárez?
R: Yo creo que sí y además su figura fue fundamental. La verdad es que en la Transición muchos nos dejamos trozos importantes de nuestra túnica y lo hicimos porque creíamos que había llegado el momento y hay mucha gente meritoria, de todas las tendencias, Creíamos que había llegado el momento de dar el paso hacia el pluralismo y la diversidad. La España unida porque queramos estar unidos no porque nadie nos obligue a estarlo. Por eso ahora sinceramente cuando vemos estas apropiaciones de la Transición y de la Constitución y de los símbolos. Todo eso yo soy muy partidario de que la gran riqueza que tiene España es precisamente su diversidad.

P: Usted que fue ministro de Educación, ¿cómo ha evolucionado desde entonces hasta hoy en que cada día nos despertamos con la polémica de la Educación para la Ciudadanía?
R: Esto no es una polémica esto es una cosa créame, créame que, somos un país que es muy importante educativa y culturalmente, no sólo en Europa sino en el mundo en su conjunto y que pesamos en toda la América Latina y en los más de 500 millones de personas que hablan nuestra lengua, la lengua castellana, una de las cuatro lenguas que hay en España, y a las demás las tenemos que respetar desde su cultura e identidad. Es un disparate, un auténtico disparate desde un punto de vista educativo el pensar que lo que vamos a hacer con una disciplina de esta naturaleza, que por otra parte se da en toda Europa, es adoctrinar cuando es todo lo contrario. Educación no es información, es dirigir con sentido la propia vida y para eso tenemos que hacer de tal manera que todos los ciudadanos se sientan liberados, gracias a la educación, de la rutina, de la inercia y del dogmatismo de una serie de imposiciones que hasta ahora han ido muy bien porque de esta manera también los que mandaban tenían a súbditos y ahora estamos pasando a ser ciudadanos y hay mucha diferencia.

P: ¿Cómo valora la Ley de la Memoria Histórica?
R: Mire, yo creo que también es muy positiva. Soy creyente y a mí me parece muy bien que se beatifiquen a todos los que en un momento determinado fueron asesinados. Pero ha habido muchos vilmente asesinados que por no ser sacerdotes y por pertenecer a otra ideología pues no han sido suficientemente reconocidos, ya no digo como en este caso entronizados, sino sencillamente recordados. Mire, la Memoria Histórica no hace daño a nadie, sobre todo cuando es tan distante, ya no hay ninguna responsabilidad de ningún orden y entonces yo creo que hay que conocer bien el pasado entre otras cosas para que este pasado se repita pero que parte de este pasado no se repita nunca más, nunca más. Eso lo tenemos muy claro y me extraña a veces ver incluso reacciones de sectores de la iglesia que se comporta otra vez como en momentos que no deberíamos volver a repetir. Creo que todo lo que sea tener luz sobre el pasado, iluminará mejor los caminos del futuro.

P: Muchos ciudadanos creen que las Naciones Unidas no sirven para nada…
R: No es cierto, la ONU tiene precisamente que pensar en el gran sueño de un gran presidente norteamericano como fue Franklin Delano Roosevelt y otro gran presidente como Kennedy, que tuvo la gran idea de la alianza para el progreso y de los cuerpos de paz que así se llamaban. Por eso me extraña ahora que haya gente que diga que la Alianza de Civilizaciones que es una simpleza. Por favor, son gente que no tiene ni idea. Mire, la ONU empezó a disminuir su influencia cuando los países poderosos, entre ellos el mismo país fundador los Estados Unidos, empezaron a abandonar a las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas no son un edificio en Manhattan, son las naciones que se unen para una serie de objetivos. Si los países más poderosos lo que hacen es constituir el G7 O EL G8 y no siguen las recomendaciones de la ONU como las de que esta guerra- la de Irak- está basada en supuestos falsos, que es ilegal e improcedente y a pesar de ello continúan. Recuerdo con vergüenza la esperpéntica reunión de Las Azores (Bush, Blair y Aznar) en la que a pesar de todo desobedecen a la ONU y luego dicen que está en declive. Claro, si ustedes que son las grandes potencias en lugar de una democracia mundial la han convertido en una plutocracia, en un grupito de seis o siete, los G7 y los G8. Ahora son ellos los que quieren mandar en el mundo y usted sabe que cuando mandan unos cuantos y son los más ricos es una plutocracia. Lo que hay que hacer es refundar la ONU en base al gran sueño de Roosevelt y en eso estamos trabajando muy activamente a través de ongs para poner en práctica lo que dice la carta fundacional de las Naciones Unidas, nosotros los pueblos y no los estados o gobiernos.

lunes, 22 de octubre de 2007

BASILIO MARTIN PATINO.-


















"Canciones para despues de una Guerra es la película más chapuza que se haya hecho en el cine español"

Tras ver el film Carrero Blanco preguntó: ¿en qué cárcel está este señor?.
Martín Patino hubo de esconder la película bajo tierra.-


Por Juan Mellado.


Se llama Basilio Martín Patino. Mucha gente no le conoce aunque eso a él no le hace falta. A pesar de tener una extensa filmografía, parte de ella realizada en Andalucía, es conocido por la película Canciones para después de una guerra. Montada en 1971 fue presentada a la censura que la prohibió hasta 1976 tras el fallecimiento del general Franco, anterior Jefe del Estado. Ha estado hablando de ello y del documental histórico en España en los Cursos de Verano de El Escorial que cada año organiza la Universidad Complutense. Al igual que García Berlanga, es otra fuente de historias y anécdotas de nuestro país y del cine español y a sus 74 años promete seguir dando su visión de la vida y la de los personajes que la pueblan.
Es un personaje contradictorio, circunstancia que él mismo reconoce. “Las circunstancias históricas me han convertido en algo raro y contradictorio, estoy encasillado como documentalista aunque nunca he hecho documentales. Por otro lado, tengo una cierta obsesión por el compromiso y reformas de las cosas, lo que me obliga muchas veces a tomar partido”.
Martín Patino narra que comenzó el cine en Salamanca con el CINE CLUB del que fue fundador en 1953. Posteriormente marcha a Madrid a la Escuela de Cinematografía donde coincide con un grupo de gente que eran los hijos de los que habían hecho la guerra. Así Picazo, Summers, Borau, y Camus, entre otros, lo que luego se llamó Nuevo Cine Español. Martín Patino cuenta que la Escuela le parecía una tontería, aunque le daba oportunidad de jugar haciendo cine.


Nueve cartas a Berta, su primera película como director y los encontronazos con la censura.
García Escudero, un individuo listo y peligroso para la libertad de expresión.-
Su primera película como director fue Nueve Cartas a Berta(1965), una evocación brillante e imaginativa de la atmósfera universitaria. “Estaba hecha con cuatro perras y ningún distribuidor y exhibidor la quería. Uno de ellos accedió a verla en el Cine Princesa y a los cinco minutos se fue vociferando que aquello no era película ni nada”. Por otra parte la censura estaba muy dura. Se había liberalizado mediante el directos general de Cinematografía Pío García Escudero, un individuo que no obstante califica de listo y peligroso. “García Escudero era el primer intelectual que tenía una visión del mundo distinta, pero el que más defendía la censura, el más peligroso porque nos conocía y sabía de qué iba la cosa”. Para Martín Patino, los anteriores censores eran una especie de broma con los que se divertía engañándoles y jugar con ellos. “Eran censores de faldas, tetas y otras cosas. Resultaba muy fácil engañarlos porque eran tontos pero García Escudero era un militar muy leído”. De Nueve Cartas a Berta dijo que era una película de un intelectual de izquierdas y que no podía pasarla porque iba a ofender a los que habían hecho la guerra. Ante esta situación el director salmantino se las ingenió para que una junta de alféreces provisionales la viesen en un pase privado. “ Estaban todos lisiados, uno era medio ciego, otro manco, pero me recibieron muy bien. Les gustó la película y se emocionaron porque se veían reflejados. Me dieron una carta de recomendación y García Escudero ya no tuvo más remedio que aprobarla”.
Por otro lado, la industria seguía sin admitir la película. Otro distribuidor, García Ramos, accedió a recibirle y le dio unos días libres que tenía en Semana Santa antes de estrenar 8 y medio de Fellini. “La estrenamos(el plural se refiere a su productor) una día y ya había cola. Fue tal éxito que luego pasó a otro cine y a partir de ahí se habló del Nuevo Cine Español. Y a partir de entonces yo sabía que estaba fichado como rojo e intelectual de izquierdas y que hacía un cine peligroso”, sentencia.


Una obra maestra hecha a base de sacos de recortes de películas con Carrero Blanco y su señora como espectadores de excepción.
Mientras se toma un café en el hall del Euroforum Infantes, en El Escorial, Martín Patino expone que era un niño de derechas que venía de Salamanca y no conocía la Guerra Civil Española, “y al llegar a Madrid me encontré la barbaridad que había sido la guerra”. Le interesó el tema y lo hizo buscando recortes de películas que hacían alusión a la España de la época y combinarlos con la música. Confiesa que “yo era muy aficionado a meterme en todas la revistas verdes, picantes y sicalípticas que eran muy divertidas porque en mi casa no se escuchaban las canciones de las cupletistas”. En una excursión que hizo con Carmen Martín Gaite la escuchó cantar canciones de La Piquer y se dio cuenta que le transportaba en imágenes. Recuerda que la gente cantaba canciones que tenían también una protesta disimulada. Así temas como “Total para qué”, “El caimán”, “Raskayú” o “La vaca lechera”, que eran absurdas y surrealistas.
Patino explica la expresión de “Canciones para después de una guerra es la película más chapuza que se haya hecho en el cine español”. Lo dice en el sentido de romper las normas. “Rallábamos las películas que no lo estaban con un punzón, cogíamos el negativo y lo tirábamos al suelo. Todo lo contrario de las normas de conservación”. Justifica la utilización de la copla en la brutal escena del hambre. “ El Madrid del hambre, la gente hambrienta con una cara espantosa y la montamos con La bien pagá de Miguel de Molina, un personaje elegido adrede. Me dijeron que estaba loco pero emocionó y funcionó”. El cineasta argumenta que “la copla es discutible pero es una forma de expresarse. Puede ser bazofia o maravillas que se permitían hablar de cosas en aquel momento impensables. Dentro de ese mundo tan sutil había unos músicos y letristas que se atrevían a burlar la censura que ni Buñuel hubiera llegado tan lejos. Ahí está Lola Puñales, La bien pagá(una copla puta) Ojos verdes- que es el mismo título de una de sus películas dedicada a este género- y tantas otras que son historias muy duras”.
Martín Patino reconoce que no obstante la película está llena de contradicciones. Los censores se encontraban con la terrible disyuntiva de que veían algo que les emocionaba, que les gustaba, pero al mismo tiempo les daba la espina que algo no era ortodoxo e iba en contra de su ideología. Sabían que si la permitían habría unos señores arriba que se la cargaban.
“Fue el drama de los censores, eran unos pobres hombres. Me llamaban para que quitara cosas, hicieron la experiencia de mandarla a festivales y siempre habían alguien que la rechazaba. Iban a verla a escondidas ministros y se la pasaban unos a otros. Les gustaba y al mismo tiempo decían qué rojo es”. La historia se complicó porque había un militar de espionaje próximo al Jefe de Gobierno, el almirante Carrero Blanco, que alertó a éste que Martín Patino quería colar la película. “Fue a verla el propio Carrero con su señora y su corte. Nada más verla preguntó, en qué cárcel está este señor y la señora le apoyó y dijo contextualmente, quien es el hijo de p.. que ha hecho esta película, por qué no está en la cárcel.
Martín Patino al enterarse de lo sucedido fue corriendo a esconder la película bajo tierra. Buscaron la película en su casa y en el laboratorio pero no lograron encontrarla. “La película les dolía porque eran imágenes y canciones del franquismo montadas hábilmente con sentido del ritmo. Encadenábamos color con blanco y negro, compramos muchas fotografías, archivos enteros, a los fotógrafos de los pueblos...”
Hoy día Canciones para después de una guerra es una película de obligada visión para aquellos que quieran comprender un poco mejor la historia de España si es que ello es posible. Puede emocionar, rebelar, provocar, pero a buen seguro que no deja indiferente a nadie. Si usted todavía no la ha visto, ¿ a qué espera?.

martes, 16 de octubre de 2007

LUIS GARCÍA BERLANGA.-

















81 años que contemplan la Historia de España.-


“A mí La Copla me importaba un carajo ”. -

Con 81 años ya superados el director de cine Luis García Berlanga contempla la historia de España con la cabeza aún muy bien amueblada. Aún no ha perdido su fina ironía, su pertinaz provocación, la pasión por lo erótico y sus ideas libertarias. Este colaborador tuvo la oportunidad de hablar en los cursos de verano de El Escorial con esta leyenda viva del cine español y que tiene en su haber obras cinematográficas tan importantes como El Verdugo, Patrimonio Nacional o Bienvenido Mister Marshall. Precisamente la primera cuestión que abordamos gira en torno a esta última película.
Pregunta: ¿Por qué utilizó usted en Bienvenido Mister Marshall el recurso de la copla?
Respuesta: En la película se cantan cinco canciones pero a mí no me contratan para hacer una película de lo que yo quisiera sino para una folklórica. Gracias a eso no tuve más censura que una, dos planos, y que por una vez he coincidido que tenían toda la razón del mundo.
Pregunta: ¿ En qué consistía?.
Respuesta: Eran dos primeros planos en los que aparecían dos habitantes de Guadalix de la Sierra(Villar del Río en la película), en el momento que decía el alcalde “vosotros que soy inteligentes y despejados...” Era vergonzoso y yo que me creo libertario hubiera sido una cabronada dejarlo.
Pregunta: ¿Es la copla franquista?
Respuesta: A pesar de ser sobrino nieto del maestro Chapí, pariente de Rodrigo y haber tenido un hijo mío músico, Carlos Berlanga, yo no he sabido nunca música. La película no la hice con interés musical. No sé si la copla era franquista o no. A mí la copla me importaba un carajo y además me cabrea mucho más porque las Coplillas de las divisas ha dejado mucho dinero a la Sociedad General de Autores pero para mí y Bardem, que hicimos el guión, no hubo ni una perra. Odio a la canción. No tengo admiración por la música. Lo de la copla, que sea franquista, miliciana o republicana, no soy entendido. En fin, creo que no. La copla tiene una tradición muy antigua.
Pregunta: El cojo que aparece en la película al final de la comitiva. ¿Vive, era cojo de verdad?.
Respuesta: Es un invento mío. Yo organicé la caravana de los que cantaban. Y se me ocurrió que cerrase un cojo. Era uno de los eléctricos y le dije que se pusiera allí. Lo hubo de hacer muy bien cuando todo el mundo ha creído que era cojo de verdad. Y si vive lo puedo preguntar.
Pregunta: ¿ Por qué la gente se muere en las películas falseándolo?.
Respuesta: No sólo la muerte, incluso las bodas. Yo en El Verdugo saqué mi boda. Yo en realidad pedí una boda barata y cuando entré con mi mujer estaba todo escondido y conforme avanzamos nos iban levantando la alfombra, quitando las guirnaldas y la música. Las películas están llenas de hechos reales vividos por nosotros.
Pregunta: ¿Cómo consiguió pasar la censura una película como El Verdugo?.
Respuesta: Cuando fue a Venecia ya tenía 6 minutos de corte y cuando volvió de Venecia también la cortaron. Luego se ha recuperado el material en Alcalá de Henares.
Pregunta. ¿Qué otras cosas le han pasado con la censura?.
Respuesta: Yo hice una película de sketch en Francia con René Clair, Las cuatro verdades. Mi parte era las peripecias del organillero en Madrid con Hardy Kruger. Un censor me contó lo que pasó. Él leía el guión y los demás de la censura lo aprobaban o no. Era un primer plano, vista general de la Gran Vía madrileña. Iba a pasar la hoja cuando le dijeron ¡ un momento¡. Es que un plano general de la Gran Vía en cualquier director no tiene importancia pero con Berlanga quién no dice que pone a tres obispos saliendo de Pasapoga...
Si lo llego a saber a tiempo meto a los obispos y pago los derechos de censura.
Pregunta: ¿Cómo era su relación con Pepe Isbert?.
Respuesta: Hasta fallecer fue el actor de todas mis películas, pero la cosa empezó mal al principio. En mi primera película, Bienvenido Mister Marshall, hubo una rebelión de todo el equipo de actores y técnicos capitaneados por Isbert. Iban todos los días a los productores a ver si echaban a ese niño pijo. Yo fui el primero que salió de la Escuela de Cine y dirigí. Considero que tenían razón porque en la Escuela no se aprende todo. Pero los productores no llegaron a echarme. Sólo me defendieron Elvira Quintillá y Félix Fernández. Con el operador, Manolo Berenguer, estuve a punto de llegar a las manos.
Pregunta. ¿Cómo dirige usted a los actores?.
Respuesta: Tengo fama de no dirigir. Lo mejor que puedo hacer es no dirigir. No les hago el mínimo caso, todos los actores tienen sus tics personales. Yo lo único que dirijo es la colección “La sonrisa vertical”(Tusquets) y me da igual llamarla pornografía que erotismo, en eso confieso mi pasión desde siempre.
Pregunta: Cómo termina un anarquista enrolado en la División Azul?.
Respuesta: Mi padre, que era republicano de Martínez Barrio, estuvo condenado a muerte. Lo liberó de la pena el padre de Luis Ciges que fue gobernador en Avila y Segovia. Mi abuelo fue diputado con Sagasta. Yo tenía una situación personal con 17 años en la que me sentía siempre afecto por falangistas y anarquistas. Fíjate, nadie podía creer que en los años 40 había una tertulia así en Valencia, dos falangistas, dos anarquistas y yo que coqueteaba con los dos. Yo sólo logré de la División Azul que aprobase el examen de Estado que llevaba dos años y entrar gratis en el Club de Tenis de Valencia.
Pregunta: ¿Qué recuerdos tiene de la División Azul?-
Respuesta: Los 52 grados bajo cero en Rusia. En la llegada al frente fui el primero en la División Azul en tener piojos. En verdad no tenía miedo a los rusos. Aunque quizás por la influencia del cine temía que apareciese Drácula. No entré en la División por la dinámica de las bombas y los tiros, no he visto morir a nadie en la guerra ni en mi vida, es curioso.

lunes, 15 de octubre de 2007

CABALLERO BONALD OBTIENE EL PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS SIN RENUNCIAR A SUS PRINCIPIOS-


Yo lo que hago cuando escribo una novela es recordar cosas que he vivido aquí”.
“Escribo cuando tengo ganas, no me pongo a las 9 de la mañana en una mesa como si me vigilara un jefe de negociado”.

Por Juan Mellado.

La reciente concesión del Premio Nacional de las Letras Españolas al escritor jerezano José Manuel Caballero Bonald ha traído de nuevo a la actualidad su magnífica relación con esta tierra y en especial Sanlúcar de Barrameda y su particular retiro chipionero de Montijo. Con motivo de esta relación chipionera, acrecentada el pasado 2001 cuando pronunció su valorado Pregón del Moscatel, no es ocioso recordar ahora esa interesante charla coloquio que en un lejano 8 de marzo de 1994 nuestros compañeros de Radio Chipiona, Cristóbal Ruiz y Rafa Guerrero mantuvieron en el Bar Paquito con el mismo José Manuel Caballero Bonald, Joaquín Márquez y el recordado Manuel Vidal. La llamada Santísima Trinidad del Vino del que son acérrimos defensores auxiliados por ese ilustre tabernero que es Joaquín Cordero, maestro de pregoneros...
En aquella ocasión nuestros compañeros le presentaban a Caballero Bonald un viejo libro de la Biblioteca Pública Municipal para su dedicatoria. “La vejez del libro sólo es comparable a la vez del autor, es la primera edición de Dos días de Septiembre, de 1962, y me emociona porque nunca piensa uno que se va a encontrar un libro ya tan desgastado con el paso del tiempo. La experiencia del lector coincide un poco con la del autor porque este tipo de reencuentros con un libro tan viejo me hace sentirme también viejo”.
Caballero Bonald era abordado por la influencia del rincón de Montijo, de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda, como territorio de inspiración literaria y línea argumental de su obra. “El territorio de la literatura es el de la infancia, de la adolescencia, de esa etapa de la vida donde uno comenzó a hacerse hombre y yo me hice en torno a esta costa y al Coto de Doñana, claro, si aparece mucho en mi literatura es porque yo viví aquí de niño muchas experiencias inolvidables que intento recuperar a través de la literatura, yo creo que el escritor siempre trabaja con la memoria. La memoria es el fundamento, la raíz esencial de todo lo que escribo, no podría escribir si tuviera amnesia. Yo lo que hago cuando escribo una novela es recordar cosas que he vivido por aquí, eso para mí es un acicate, porque toda mi obra está impregnada de esa infancia y primera juventud”.
Abundaba más el autor de Campo de Agramante sobre las bondades de nuestro paisaje cercano. “Este maravilloso paisaje, es sereno, apacible, sin ningún tipo de exceso decorativo, pero además es un paisaje cultural. Yo cuando miro la desembocadura del río desde Montijo o desde Sanlúcar pienso que es un paisaje cultural. Aquí ocurrieron muchísimas cosas a través de la historia. Esto cuando la carrera de Indias era un ajetreo constante de idas y venidas de América. Luego también esta todo eso de Tartessos y el mundo árabe y ese paisaje me apasiona y me siento vinculado al paisaje cultural incluso más que al físico”.
Sobre el lector destinatario de los libros que escribe un escritor, Caballero Bonald afirmó que el autor no piensa nunca en los destinatarios. “A lo mejor a sólo una persona que uno quiere que lo lea para que lo quiera más. Nunca hay un público concreto al que uno se dirija. Yo siempre me dirijo al lector que bebe manzanilla, es una forma muy indicativa”. Se extendió sobre las propiedades curativas de la manzanilla. “Yo cuando tengo gota y se me quita cuando tomo una dosis estimable de manzanilla. Cuando vuelvo a Madrid los ataques de gota son más frecuentes. Además la manzanilla es un vino muy noble, muy franco, no te engaña nunca, eso es lo importante porque uno puede beber por largo y al día siguiente estar con muchas ganas de beber manzanilla”. No se olvidó tampoco del moscatel, del que luego sería brillante pregonero en el 2001, y afirmó que necesitaba un empuje publicitario mayor, “porque es superior a cualquier otro vino dulce que se fabrique en Andalucía”.
En torno a la afición por el vino de su generación literaria, la del 50, Caballero es claro. “Ocurrió que en la inmediata posguerra realmente no había otras posibilidades de empezar a vivir sino a través del vino, esa es la verdad, no había otra escapada. Entonces nosotros aportamos un talante nuevo en la forma de vivir y de beber. Éramos un grupo de amigos que al mismo tiempo empezaba a trabajar políticamente, pero que también empezaba a sentir vitalmente la necesidad de beber”.
Y para beber y tapear la barra del Bar Paquito. “Es un sitio imprevisto, en lo agradable y su gastronomía Joaquín Cordero me deja sorprendido con los huevos de choco del trasmayo cogidos por el Tabalón. Es Chipiona y su entorno un sitio donde hay tiempo para todo, para pasear, para trabajar e incluso para perderlo”.




UN HOMBRE DE PRINCIPIOS.-

Es José Manuel Caballero Bonald un hombre de principios. Un hombre que sabe lo que dice y dice lo que sabe cuando le da la gana. Como también escribe cuando le apetece. “Escribo cuando tengo ganas, no me pongo a las 9 de la mañana en una mesa como si me vigilara un jefe de negociado”.
El ser fiel a sus principios le costó más de una vez la cárcel durante el régimen franquista. De espíritu viajero y combativo, esa misma fidelidad a sus ideas le ha cerrado puertas en más de una ocasión. A pesar de haber obtenido premios muy importantes, hasta ahora se le había ninguneado con el Cervantes o su fallido ingreso en la Real Academia de la Lengua. Importantes gurús ha habido en este país que no le han perdonado sus ideas progresistas y por qué no decirlo, su hombría... No le ha importado el criticar a la última novela de César Vidal por considerarla malsana y eso le honra .Morirá diciendo las verdades del barquero e incluso al igual que Larra o Espronceda no le importaría batirse en duelo por una cuestión de honor o de ideas, a la vieja usanza. Le han dado el Premio Nacional de las Letras porque ya era escandaloso que no le concedieran algún premio de esta enjundia.Culminaría una brillante carrera con la obtención del Premio Nobel de Literatura. Que no se preocupe. Todo llega. El Premio Nacional de las Letras está dotado con 30.000 euros de vellón. Seguramente se los gastará en vino. Salud.