miércoles, 14 de mayo de 2008

LAS PEREGRINACIONES DE "SAN FELIPE NERI" AL SANTUARIO DE REGLA.





Profesores, alumnos y familiares disfrutaban de excursiones en vapor y tren de la Costa.-


Por Juan Mellado.


Ahora, entrado ya el Siglo XXI, han quedado en el olvido pero las peregrinaciones de profesores, alumnos y familiares del histórico colegio gaditano marianista San Felipe Neri al Santuario de Regla en Chipiona eran todo un acontecimiento social, educativo y religioso. Así se recoge en un libro escrito por el sacerdote marista José González Rojas, editado en 1983 por el servicio de publicaciones de la desaparecida Caja de Ahorros de Cádiz y que recoge la historia de este insigne colegio desde su fundación en 1838 hasta 1980.
Al parecer estas peregrinaciones comenzaron en torno a los primeros años del pasado Siglo XX- aparece una referencia en Diario de Cádiz el 3 de mayo de 1908- y se repitieron hasta mediados de los años cincuenta.
En el libro se recoge el testimonio de Manuel de la Puente Arana, Contralmirante de la Armada y de la promoción del colegio de 1911 y que reproducimos por su interés.
" Muchos son los recuerdos que conservo, todos agradables, de mi estancia en el colegio entre los años 1903 y 1912, en que salí de él para ingresar en la Escuela Naval.
Entre los que nunca olvido, está aquella peregrinación marítimo naval que hacíamos todos los años al Santuario de Regla en Chipiona, organizada hasta en sus menores detalles por aquel formidable director que se llamó D. Juan J. Bacquier, de inolvidable memoria.
Contando con la colaboración de D. Antonio Millán, dueño del vapor en el que hacíamos la travesía Cádiz- Puerto de Santa María, y del ingeniero jefe del ferrocarril de la Costa Monsieur Blinky, nos hacía pasar un día en que todos, grandes y chicos éramos felices.
Durante el viaje que se pasaba entre cantos, rezos y bromas, cuando algunas veces el levante alborotaba la mar el vaporcito daba sus buenos tumbos, el don de mando del P. Bacquier conseguía que todos aguantaran el mareo y se portasen como verdaderos lobos de mar".

Dada la importancia que tomaron estas peregrinaciones, el libro recoge una de las varía crónicas periodísticas, que se supone del Diario de Cádiz u otro local y que también reproducimos.

"Mal día amaneció para excursiones. Reinaba fuerte levante y el puerto estaba cerrado para embarcaciones pequeñas. Pero desde bien temprano atracó el vapor Mercedes de 35 m de eslora y cabida para 500 pasajeros.
A las seis y media ya esperaban en el muelle, varios congregantes con sus familias. Llegó el P. Bacquier con el ánimo de suspender la excursión por el fuerte viento. Conferenció con el Sr. Millán, quien le manifestó que el levante no causaba molestias en los viajes marítimos, antes al contrario, tan pronto como salieran de la boca del puerto, el vapor continuaría viaje sin el menor balance. Ante estas explicaciones y por complacer a las señoras y señoritas que esperaban en el muelle... fueron avisados los profesores y alumnos que esperaban en el colegio. Y a las siete menos cuarto embarcaron(y sigue una larga lista)... En la proa del barco se izó la bandera de la congregación y a popa la bandera nacional. En el puente se colocaron los cantores y profesores, entonando al partir, una plegaria a la Virgen... Durante la travesía, algo molesta para las señoras a causa de los salpicones, no hubo ningún accidente.

A las ocho atracó en Puerto de Santa María. Del muelle se dirigió la comitiva a la estación para tomar el tren especial que habría de trasladarles a Chipiona, formado por dos jardineras y cuatro vagones para las familias e invitados... A las 8,45 anunció la campana su salida, no parando más que en Rota para proveerse de agua, llegando a Chipiona a las nueve y media. Aquí esperaban ya dos religiosos franciscanos del Convento de Regla.
Las señoras se dirigieron en carruaje a la Iglesia y los congregantes con sus profesores organizaron la peregrinación al Santuario, seguidos de gran número de invitados, recorriendo cerca de dos kilómetros. Poco antes de llegar, desplegóse una bandera de terciopelo celeste y blanco ostentando el escudo de la congregación en su centro, bordado en seda y oro, trabajo verdaderamente notable, que fue realizado por las R.R.M.M. Reparadoras.
A las puertas del templo, fueron recibidos por los religiosos del convento y los oficiantes ya revestidos de ornamentos sagrados. La iglesia que es preciosa, restaurada recientemente, estaba lujosamente exornada... El coro de San Felipe, interpretó a canto llano y a dos voces, la solemne Misa, pulsando el órgano D. Camilo Gálvez... El acto terminó a las 10,45.
A dicha hora pasaron los congregantes al suntuoso palacio del convento, donde se habían instalado cuatro meses para servir la comida a alumnos e invitados. Dos de estas mesas, tenían 15 m de largo. En la comida se sirvieron los siguientes platos: paella de arroz, tortillas de huevos, pescado frito, filetes con patatas, entremeses de salchichón y aceitunas, vinos del país, café y coñac. Todos fueron condimentados en las cocinas del convento por el cocinero del mismo.
Después del café, el Sr. Bacquier, se levantó para agradecer el acto. Elogió la conducta de los congregantes... ensalzó las dotes de modestia y caridad del Prior de la Comunidad, dando vivas a la Virgen de Regla y a la Comunidad.
Luego habló el Sr. Millán. El Prior de los Franciscanos dio las gracias a todos...
Terminada la comida a las dos de la tarde, fueron a dar un paseo por la playa, no pudiendo visitar el sanatorio, ni el faro por causa del calor. Y a las dos y media comenzó la función religiosa, tras una predicación de veinte minutos del Sr. Elejalde. Dióse la bendición con el Santísimo Sacramento.
Púsose la comitiva en marcha hacia la estación y al pasar por el pinar de las monjas paró el tren, sirviéndose en el pinar una merienda compuesta de pastelillos de sidra y alpisteras de huevo y naranja. En el muelle se embarcó para llegar a Cádiz a las siete y media donde esperaban muchas familias".

Entre la documentación que aparece en el libro que nos ocupa está el anuncio que se realizó para la referida excursión unos días antes:

"Los gastos originados por la expedición ascenderán a 6,50 pesetas por persona. Siendo este Santuario uno de los más celebres de España y habiendo manifestado no pocas familias su deseo de acompañar a sus hijos, serán admitidas en el vapor y tren especial cuantas personas lo soliciten al precio de 3,50 pts, ida y vuelta por persona. En la estación de Chipiona habrá coches para el traslado al Santuario al precio de 0,75 ptas. Los que deseen comer, pondrán hacerlo en la Fonda El Castillo, pero en este caso deben avisar antes del próximo martes, su precio será de 3 pts por persona".


No aparece otra reseña de peregrinaciones hasta la fechada el 18 de mayo de 1952. En esta ocasión hasta 600 peregrinos fueron en tren especial desde Cádiz(ya no se empleó el barco), y en la estación de Chipiona esperaban 6 autobuses con los procedentes del colegio de Jerez. Los Padres Franciscanos les recibieron muy calurosamente y después de la función religiosa en el Santuario, celebrada con toda solemnidad, tuvieron la comida y esparcimientos hasta las seis y cuarto de la tarde en que comenzaron el regreso, para llegar los de Cádiz a las 9 de la noche.
El 31 de mayo de 1953, se repitió con 500 de Cádiz y 300 de Jerez, teniendo de especial que esta vez el tren se paró en el Pinar durante una hora para la merienda. Al año, siguiente, 2 de mayo de 1954, con motivo del Año Mariano, el número de peregrinos fue de 800, pero los de Jerez no acudieron ese día.
Las reseñas de las peregrinaciones a Chipiona acaban en este año en el libro. Desconozco si en años posteriores se volvieron a realizarse o no. En cualquier caso, cabe recordar que este año, 1954, en el mes de septiembre de coronó la Patrona de Chipiona Nuestra Señora de Regla.

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