domingo, 16 de marzo de 2014

Manual incorrecto del corresponsal de prensa de pueblo.-


 
Por Juan Mellado.

 

Después de muchos años de ejercer el periodismo sin título me atrevo a dar unas nociones, por supuesto incorrectas, sobre las normas de actuación de un corresponsal de prensa de pueblo.

1)    Convivir con los gabinetes de prensa, sabiendo que te venden un producto algunas veces no apto para el consumo. Los gabinetes dan de comer a los “cochinos” mucha pitanza para que, una vez hartos, no busquen comida en otras fuentes.

2)    Que esos gabinetes no te marquen la agenda, se las marcas tu a ellos con las noticias que publicas.

3)    No permitir en ningún momento ruedas de prensa sin preguntas.

4)    No permitirte No preguntar en una rueda de prensa con preguntas. Es una dejación de funciones humillante. Los periodistas que no hacen preguntas, serán cualquier cosa menos periodistas.

5)    Visitar todos los días, o estar en contacto directo, con los alcaldes, concejales de gobierno y oposición y  agentes sociales, preguntarles por su agenda y si tienen una noticia destacable para publicar.

6)    Publicar noticias, ya sean buenas o malas, pero publicarlas.

7)    Nunca desvelar tus fuentes de información, eres un referente que no puedes defraudar.

8)    Si tienes una pareja, familiar o amigo que te aconseja que no publiques algo porque le puede perjudicar, lo mandas directamente a tomar por el culo. Si te pide eso, no es tu pareja, familia ni amigo. Para eso mejor los enemigos.

9)    Cuando no hay noticias se provoca. Ojo, he dicho se provoca, no que se invente. Hay temas debajo de la mesa que necesitan un periodista que provoque su publicación.

10)  Utilizar siempre la grabadora porque la mente es frágil, no sólo la de uno, sino principalmente de quien hace las declaraciones. Cuando vienen los problemas es muy fácil echarle la culpa al periodista. En ese momento la prueba del “crimen” te salva.

11)  Hay que hilar muy fino cuando un particular viene a ti a plantearte una cosa que para él es noticia. Muchas veces tras eso se esconden enfrentamientos personales con otros particulares o con instituciones sin tener fundamento.

12)  Al mismo tiempo no dejar sin voz a cualquier ciudadano que se lo merezca, no sin antes informarle de las repercusiones de lo que denuncie.

13) Contrastar todas las acusaciones graves o informaciones delicadas antes de publicarlas, es una de las máximas del periodismo.

14) Normalmente en las ruedas de prensa lo políticos te venden una moto infumable con discursos vacíos de contenido. Después de dejarles hablar, el corresponsal le debe pedir respetuosamente que entonces te respondan al qué, quién, cómo, cuándo, dónde y porqué, con el que puedas construir una noticia mínimamente decente.

15)  Un corresponsal de pueblo no es Superman ni el Capitán Trueno. Hay veces que por estrategias y a cambio de otras informaciones más válidas acuerdas no publicar algunas o retrasar su publicación.

16) No permitir el retraso reiterado e injustificado de los políticos en las ruedas de prensa que convocan. Si eres un periodista que perteneces a una empresa privada, la empresa que te paga no merece ese trato vejatorio. Si lo eres de una empresa pública de comunicación, no se puede permitir ese robo descarado de los que tiran con pólvora ajena.

17)  Intenta que todas las noticias que publiques tengan testimonio gráfico, no es que una imagen valga más que mil palabras sino que ayuda bastante a la comprensión del texto.

18) Con los políticos y en general todas las personas que generen noticias, amistades las justas. Hay veces que confunden el tocino con la velocidad y se creen con derecho a influenciar sobre ti.

19)  Un corresponsal de pueblo, ni tan siquiera un periodista del País o de la Cadena SER, no tiene por qué ser Licenciado en Ciencias de la Información, pero es una condición sine quanun que tenga una cultura general que le permita ejercitar con decencia y profesionalidad esta actividad.

20)  Hay noticias de interés general que dada su trascendencia pueden perjudicar a tu pueblo su publicación inmediata. En orden a ese perjuicio puedes dar un margen para que los afectados arreglen el problema. Si después de ese tiempo prudencial el problema no se ha solucionado, la noticia se publica y la que sea puta y bruja que cruja.

21)  No hay peor censura que la autocensura. El corresponsal no puede caer en esa trampa tendida por personas de “bien” totalmente sibilinas.

22)  El intento de censura por otras personas u organismos debe ser un acicate para publicar la noticia de inmediato. Es una demostración de profesionalidad y de aviso de navegantes.

23)   El corresponsal no es infalible y hay veces que se equivoca o esa equivocación parte de la redacción central. En muchas de esas ocasiones los medios son reacios a rectificar y el corresponsal puede encontrarse en una difícil situación de resolver pero ese riesgo debe asumirse como propio de la profesión.

24)  El corresponsal de prensa es una persona que pertenece a un medio determinado con una ideología y unos intereses comerciales, hay que saber navegar entre esas aguas.

25)   Observar siempre el derecho a réplica, no nos convirtamos en los mismos censores a lo que criticamos.

26)   Ya que la objetividad plena es imposible, para qué nos vamos a engañar, siguiendo a Andrés Aberasturi hay que ser honestos y coherentes con lo que escribimos o hablamos.

27)  Si te interponen una querella no te asustes, bueno sí, por lo menos preocúpate, pero es algo que ni quita ni pone moda. En caso que no estés dispuesto a asumirlo dedícate a otra cosa.

28)  Tienes por obligación leer lo que publica la competencia y guardar con ellos el equilibrio en las relaciones. Por lo menos inténtalo aunque con algún  impresentable no se pueda.

29)   Como corresponsal de prensa No eres dueño de la noticia. Más arriba hay un redactor jefe o un director que pueden decidir por ti. En ese caso cada vez que envíes una noticia reza un Padre Nuestro para que todo salga bien. Las cosas desde la frialdad de la Redacción se ven desde otra forma.

30)  Como conclusión reseñar, que es difícil guardar la observancia de estas normas. Que seguramente algunas pueden caer en contradicciones con otras. No somos perfectos ni pretendemos serlos.

 
Como bien dice su título, este es un manual incorrecto por lo que dentro de ello no tiene cabida el periodismo amable.

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