martes, 18 de marzo de 2014

Miguel Caiceo, un gran actor que hace de humorista.(*)



Por Juan Mellado (*)

Conocí a Miguel Caiceo en el verano de 1991 y hasta hoy. Quiero decir que a pesar de los años aún conservamos esa vieja amistad, lo cual no es una cosa baladí a tenor de lo poco que duran las relaciones en esta jungla de intereses que es la vida. Por cuestiones profesionales he entrevistado a Caiceo como el Kamasutra, en todas las posturas. Radio, prensa y televisión han sido testigos durante más de 20 años  de las entrevistas y reportajes que le hacía cada vez que se acercaba a su Chipiona. Lo más interesante de ello es que siempre tenía algo nuevo que decir.

Caiceo conoció el boom de su personaje más famoso de Doña Paca o La Paca de Chipiona, pero ya hacía bastantes años que tenía un interesante curriculum con el teatro clásico o la zarzuela. El personaje de Doña Paca fue todo un impacto mediático pero gracias a Dios Caiceo supo no morir de éxito  y por eso aún goza del honor de trabajar en lo que le gusta, en este noble arte de Talía .

Para mí, Caiceo es un gran actor que un día tuvo que hacer de humorista para darse a conocer en el difícil mundo de la farándula. Tiene Miguel, personajes en su carrera que son todo un símbolo de filosofía de vida. Ahí está el personaje del Sr. Manuel, un dicharachero viejo verde que diera a conocer en La radio de las sábanas blancas, Parada en la 1 o Cine de Barrio, y que es ni más ni menos que un trasunto de su padre, Don Miguel Caiceo senior, un hombre admirable.

Conocedor del drama y la comedia, aún recuerdo a Miguel con su éxito de la obra de Jardiel `Poncela “Usted tiene ojos de mujer fatal” en la que bordaba el personaje del mayordomo Osidori o sus últimas apariciones en las zarzuelas La Reina Mora y Alma de Dios. Es ahí en este tipo de personajes donde Caiceo se supera y  desvela como un magnífico actor de grandes recursos aún no suficientemente  explotado por los productores.

Otro valor que admiro y reconozco en Caiceo es su inmenso amor por la cultura en general. Su interés por aprender  cosas nuevas día a día y sobre todo por compartirlas con los demás.

En el terreno personal guardo muy buenas vivencias con Miguel. Hemos estado muchas veces juntos en lo bueno y en lo malo y agradezco el saber que tengo en él a un amigo sincero fuera de la a veces podredumbre del mundo de la farándula.

Conservo momentos entrañables de nuestras tardes en la chipionera playa  de La Canteras, de nuestro campito, de las tertulias con sus padres en la terraza de su piso de Virgen de Regla o de los paseos nocturnos regados con buen vino y exquisita  comida de la zona junto a otros buenos amigos.

Recuerdo con cariño su tienda de antigüedades del viejo Madrid en la calle del Bastero. Su entrañable piso de la calle Humilladero, lugar de tertulias y buenas cenas. Su casa museo de la sevillana calle Diamela, con una paz solo interrumpida por los bellos tañidos de las campanas de las iglesias…

Pero a lo que más cariño le tengo, con todo, es a su eterna amistad que cultivamos día a día y que no empaña el tiempo ni la distancia kilométrica.

Miguel Caiceo, artista, humorista, actor, pintor, anticuario, buena persona, compañero y sin embargo amigo.

 

(*) Juan Mellado ha sido corresponsal de prensa de Diario de Cádiz y periódicos del Grupo Joly. Actualmente es colaborador de Radiotelevisión Municipal de Chipiona, Redactor Jefe de Sevilla Press y editor de Chipiona Noticias. En los últimos tiempos está centrado en temas de investigación histórica.

Miguel Caiceo, un  gran actor que hace de humorista.-(*), es un texto incluido en su libro de memorias “Historia de un sueño”

 

 

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